Aportes de la PNL a la administración de conflictos

Por Ezequiel Luppi

Abogado, miembro del equipo docente coordinado por el Dr. Rubén Calcaterra, que tiene a su cargo una de las comisiones de la materia “El sistema conflicto” que se dicta en el Ciclo Profesional Orientado de la Carrera de Abogacía de la UBA.

Ezequiel Luppi

La Programación Neuro-lingüística (PNL) es un área de estudios que analiza el comportamiento humano con el fin de favorecer en los individuos el desarrollo de distintas habilidades y aptitudes. No se trata de una teoría abarcativa de toda la psicología de los seres humanos, sino de un modelo que intenta descubrir y replicar las estrategias que utilizan las personas para lograr determinados objetivos. En este proceso, propone algunos conceptos que entiendo podrían ser útiles a la hora de gestionar un conflicto.

En el marco de los estudios llevados adelante por la PNL se elaboró un modelo para desarrollar estrategias que permitan alcanzar un objetivo propuesto. Un objetivo es lo que el sujeto quiere, y cuanto más precisamente pueda definir lo que quiere, mejor podrá programar su cerebro para obtenerlo. Es lo que en la PNL se denomina «objetivo bien elaborado». Hay algunas reglas para obtenerlo:

1) Deberá estar enunciado de forma positiva;

2) La meta debe estar bajo el control del sujeto;

3) Tiene que tener los recursos para alcanzarlo;

4) Debe tener en cuenta «la ecología», lo que implica tener en cuenta a los diferentes sistemas que quedarán involucrados en el logro de ese objetivo, para evitar perjudicarlos al alcanzarlo.

Desde la perspectiva de la PNL, y en referencia específicamente al punto 4 mencionado anteriormente, sucede que las personas a veces elaboran sus objetivos en forma errónea, afectando su sistema familiar, laboral o social, e incluso su equilibrio interno. Este fenómeno tiene como consecuencia que el objetivo propuesto se torne imposible o de difícil consecución por cuanto, a medida que la persona se acerca a él, estos otros sistemas se resienten, afectando el proceso.

Los conflictos y la PNL

En el universo de los conflictos nos encontramos con múltiples posibilidades en la interacción entre dos actores, en algunos casos, los actores no buscaran llegar a un acuerdo, y en otros, comprenderán los beneficios de alcanzar alguna clase de entendimiento entre ellos; es por ello que podríamos afirmar que, en esas ocasiones, el objetivo deseado por los actores es un acuerdo que dé por finalizado el conflicto.

Siendo el caso que los actores tengan por objetivo lograr un acuerdo, e incorporando los aportes provenientes de la PNL, podríamos entender que, al momento de elaborar el acuerdo que eventualmente se aspira a alcanzar, se debiera contar con un análisis del aspecto Ecológico mencionado precedentemente. Por cuanto, los actores podrían encontrarse con que al momento de suscribir un acuerdo se genere un desequilibrio en otro de sus sistemas, lo que eventualmente haría caer dicho acuerdo y motorizaría la dinámica conflictual.  

Los equilibrios que forman parte de este aspecto ecológico, serían distintos para cada uno de los actores, quienes además podrían estar, o no, conscientes de ellos, por lo cual posiblemente no formen parte de la narrativa del conflicto ni del intercambio comunicacional, sino que, perteneciendo al ámbito de la alteridad de cada uno de ellos, se encuentren fuera del campo conflictual, haciendo difícil su reconocimiento.

Desde la Teoría del Conflicto y del Sistema de Análisis y Gestión Estratégica de Conflictos desarrollados por los profesores Remo F. Entelman (“Teoría de Conflictos, hacia un nuevo paradigma”, Gedisa, Barcelona, 2002) y Rubén A. Calcaterra (“El sistema conflicto”, Ibañez, Bogotá, 2016) podríamos ubicar a estos equilibrios individuales de los actores como uno de los mecanismos de control del conflicto; como elementos pertenecientes a las fuerzas contextuales que mantienen el conflicto vivo a lo largo del tiempo, y que además hacen que su administración se vea obstaculizada por cuanto los actores, al perder estos equilibrios, se sienten incómodos avanzando con la solución del conflicto.

Sería importante que al momento de elaborar un acuerdo, de existir este tipo de equilibrios, se puedan identificar, reconocer y gestionar de alguna forma, asegurando que estos se mantengan con el acuerdo que se logre, o haciendo que los actores tomen conciencia del enorme costo que conlleva mantenerlos en términos del conflicto que llevan adelante. De esta forma, podría facilitarse el logro de acuerdos entre los actores, repercutiendo positivamente en la perdurabilidad de dichos acuerdos a lo largo del tiempo.

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