Homenaje a Remo Entelman

A 15 años del fallecimiento del Profesor Dr. Remo Fernando Entelman

Remo Entelman, mi maestro.
A Remo Entelman, mi amigo.

Remo Entelman

– «Hola Remo ¿Qué hace usted acá? ¿No tenía que internarse hoy?»

– «Sí che, pero en cincuenta y siete años de docencia jamás falté a una clase ¿Por qué iba a faltar hoy?»

Ese diálogo, en voz baja, es el último que mantuve en clase con mi entrañable maestro, Remo Entelman, después de investigar métodos de resolución de conflictos durante más de veinte años a partir de sus trabajos y de impartir clase diez años junto a él.

Ese diálogo tuvo lugar en el marco del dictado de la materia Teoría del Conflicto de la Carrera de Especialización en Asesoría Jurídica de Empresas que él dirigió hasta su muerte, ocurrida el 29 de mayo de 2007.

Remo Fernando Entelman fue una de esas personalidades que aparecen muy de vez en cuando y, cuando se van, dejan una huella imborrable.

Recibido muy joven de abogado, inició su labor académica en la Universidad de La Plata junto al iusfilósofo Carlos Cossio. Rápidamente extendió esa tarea a la Facultad de Derecho de la UBA, en la que fue, en el grado, profesor de Lógica Jurídica y titular de Filosofía del Derecho y de Introducción al Derecho; en el Posgrado, Director de la Carrera ya citada y docente de diversas Maestrías y del Doctorado.

Doctor en Jurisprudencia y jurista de fuste, enrolado en el Positivismo, discutió personalmente con el maestro Hans Kelsen la Teoría Pura del Derecho y la enseñó y difundió en su Cátedra.

En la función pública fue asesor de gobierno durante la Presidencia del Dr. Arturo Frondizi, en los Ministerios de Interior, de Trabajo y de Justicia. Fue miembro del grupo asesor que trabajó en la redacción de la Ley Nacional de Mediación 24.573.

Preocupado por la insuficiencia del Derecho para resolver todos los conflictos sociales, investigó y aisló el objeto conflicto, sobre cuya base desarrolló su Teoría de Conflictos hoy utilizada como elemento insoslayable de análisis de conflictos. Dirigió el Seminario Permanente sobre Teoría del Conflicto en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (C.A.R.I.) y en la Academia Argentina de Estrategia. Organizó el grupo Conflict Management y Entelman Peacemakers, en los que tuve el honor de participar.

A partir del año 2004, además del posgrado, la materia Teoría de Conflictos se dicta  con mi coordinación en el CPO de la carrera de Derecho de la UBA, como una oferta del Departamento de Filosofía del Derecho, a través de tres comisiones y con un elevado promedio de alumnos por año. 

Fue autor de numerosos trabajos que constituyeron profundos estudios sobre los temas en cuestión y publicaciones que le dieron a la opinión pública el enfoque científico de los conflictos de actualidad que tanto le preocupaban. Entre los primeros están El triángulo de las Malvinas (1996), Hielos, Mercosur y Malvinas (1996), La prevención de conflictos en el Mercosur (1997), El conflicto, dilema para abogados (1997 y Derribando barreras conceptuales (1997); entre los segundos, los difundidos La prensa y las alianzas (La Nación, 1/6/2005), en el que, con motivo del «abrazo» de protesta al Palacio de Justicia promovido por algunos medios audiovisuales el 13 de mayo de 2005, advirtió los efectos perniciosos de las alianzas que algunos de esos medios motivaban en la opinión pública con peligro de violencia;  Sugerencias para dos presidentes (La Nación, 8/6/2006) en el que abordó las amenazas y acechanzas que el conflicto por las papeleras de Fray Bentos representó para nuestro país y la República Oriental del Uruguay en virtud de las estrategias negociadoras de ambos países y que siguió al informe que, con la colaboración de todos los miembros de su Cátedra, entregamos en el marco del convenio de asistencia tecnológica de la UBA con la Provincia de Entre Ríos y el Colegio de Abogados de Gualeguaychú, para concluir -días antes de su desaparición física-, con Las alternativas de octubre (La Nación, 18/4/2007), en el que analizó el proceso electoral argentino con vistas a las elecciones presidenciales del 28 de octubre de 2007. 

Remo Entelman en 1988

En lo personal, desde el año 1987 en que llegaron a mis manos sus memorables Papeles de Trabajo que contenían la desgrabación de sus clases de Teoría del Conflicto en la Facultad de Derecho de la UBA, mantuve una estrecha vinculación con él y una mutua colaboración en la tarea de investigación, que marcó fuertemente mi trabajo en el campo de los métodos. Gedisa Editorial, sensible a esos trabajos, concibió y creó la colección PARC -Prevención, Administración y Resolución de Conflictos- en Barcelona, que encabezó en marzo y abril de 2002 con el libro «Teoría de Conflictos» de Remo F. Entelman en la Serie Académica / Fundamentos y con el libro «Mediación Estratégica», de mi autoría, en la Serie Académica / Métodos. En la docencia, unió su equipo de trabajo a los de la Fundación CEMFA, que yo presidía entonces, para dictar primero los Posgrados en Resolución de Conflictos para la Formación de Negociadores y Mediadores en el Colegio de Abogados de San Isidro, en los años 1997 a 1999 y la Maestría Interdisciplinaria en Administracion y Resolucion de Conflictos para la Formacion de Negociadores y Mediadores que, con transferencia de tecnología de la UBA, se dictó en la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), durante 1998 y 1999. Compartí con él el dictado de la materia Teoría de Conflictos en el grado y en el posgrado de la UBA, en la Facultad de Derecho de la Universidad del Salvador y en la Escuela de Altos Estudios para el Mercosur, en el marco del Master de doble titulación en Ciencia de la Legislación y Governance Política, dictado en Montevideo, Uruguay, en colaboración de la citada Escuela con la Universidad di Pisa, Italia, y la Universidad de la República, Uruguay. Como discípulo, me sometió a las más duras pruebas, como dictar su teoría en su presencia, sentado en el primer banco y formulando preguntas. Habitualmente promovía discusiones conmigo en clase, como lo había hecho con él el maestro Genaro Carrió, porque sostenía que ese era un buen recurso pedagógico. Desde diciembre de 2006 manteníamos una polémica alrededor del dictado de la materia que implicaba un giro desde el objeto conflicto hacia el sistema conflicto, enfoque que, en el seno de su cátedra, yo compartía con Eduardo Balbi. El martes 17 de abril polemizamos en clase y, cuando lo llevaba en mi automóvil a su casa, me dijo sonriente: «Che, hoy discutimos en serio. Usted va demasiado rápido». Pero a la clase siguiente me dijo ¿Cómo era eso del sistema conflicto que Balbi y usted andan patrocinando? Y me obligó a que lo desarrolle en clase.

Ese era Remo Fernando Entelman, mi maestro, y, en homenaje a él promoví la creación del Seminario Permanente de Investigación “Remo F. Entelman, teoría del conflicto, del objeto al sistema” en el Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales Ambrosio L. Gioja de la UBA, con sede en nuestra Facultad y que coordino hasta la fecha, con la generosa dirección del Prof. Dr. Héctor Sandler.

El 17 de mayo de 2007 mantuve con él el diálogo con que se inicia este artículo. Ese día, Remo Fernando Entelman dictó la última clase de su vida y la habitualidad hizo que la compartiéramos. Habló con voz firme pero cansada. Al promediar la clase le dije que iba a desarrollar un juego de rol con los alumnos que, si bien estaba planificado, me pareció oportuno para que descansara. Se quedó hasta el final de la clase y se marchó. Lo vi irse con el paso vacilante que le provocaban sus dificultades de visión. Cuando terminé de atender a los alumnos quise alcanzarlo pero no lo logré.

Días más tarde, cuando luchaba por su vida, logré ingresar a la habitación donde permanecía pero sin posibilidades ya de comunicarme con él. Estuve a su lado durante unos veinte minutos, en los que la reflexión me permitió valorar la posibilidad que el destino me había dado al permitirme compartir tantas cosas con ese pensador esclarecido, innovador, que tanto había hecho por una abogacía mejor. También aprendí muchas cosas: aprendí que la vida tiene sentido por las cosas que uno deja en su transcurso; aprendí que una de las obras más importantes que uno puede dejar es el germen del cambio a través de la evolución del pensamiento; aprendí que las convicciones se sostienen hasta el final, aunque uno vaya a internarse en una batalla que puede ser la última.

Remo Fernando Entelman se fue dejando nuestra discusión pendiente, pero sólo en el plano físico, porque esa discusión seguirá entre nosotros con la misma pasión, con los mismos códigos, mientras pueda yo pararme delante de una clase con su espíritu presente.

Porque ese era Remo Entelman, mi maestro, mi amigo.

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