De la tópica Dr Remo Entelman, a la tópica de Rubén Calcaterra.
Antes de tomar contacto con la teoría del conflicto, en 1985 comencé en Argentina una serie de investigaciones relacionadas que integraron experiencias con grupos terapéuticos y de Desarrollo Personal. Estos trabajos imbricaron campos como el Derecho y el Psicoanálisis y se nutrieron con las reuniones de trabajo llevadas a cabo durante más de tres años en la Fundación de Ecosistemas Humanos con dominios de la Psicología y del Derecho de Familia.
Después, en ese contexto durante 1986, tomé contacto con el trabajo del Dr. Remo Entelman. Sus desarrollos sobre Teoría del conflicto me interesaron vivamente y se incorporaron rápidamente a las investigaciones que veníamos realizando, ahora de manera sistemática, en el antiguo Centro de Estudios Multidisciplinarios de la Familia que fundé durante ese mismo año.
Luego, desde el año 1995 comenzó la colaboración docente entre el grupo que integraba la entonces Fundación CEMFA, continuadora del Centro de Estudios Multidisciplinarios de la Familia, bajo mi dirección, y el denominado Grupo Entelman Peacemakers. Dicho centro, nucleaba el cuerpo de profesores que dictaban junto al Profesor Entelman la materia Teoría del Conflicto en el marco de la Carrera de Especialización en Asesoría Jurídica de Empresas que él dirigía en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.
A partir de allí, tuve el honor de compartir con él docencia e investigación hasta que, su fallecimiento ocurrido el día 29 de mayo de 2007, implicó el fin de nuestras conversaciones, acuerdos y desacuerdos en torno al fenómeno conflicto, que llevamos a cabo durante tantos años, si bien desde puntos de partida diferentes.
El Profesor Entelman investigó lo que yo denomino el objeto conflicto, lo describió aislado de contextos y desarrolló planos estáticos y dinámicos para su análisis. Mi preocupación estuvo más centrada en el campo de los métodos de abordaje a los conflictos; se apoyó en el objeto conflicto pero como punto de partida para conformar un modelo sistémico de inspiración constructivista y constructivista social cuya estructura integrara la interacción de ese objeto con elementos de diferentes campos disciplinarios, con la pretensión de conformar un método en sí mismo, apto para el Análisis y la Gestión Estratégica de todo tipo de Conflictos.
Como resultado, el esquema básico de la tópica de Remo Entelman conserva su planteo de análisis y comprensión del fenómeno conflicto desde sus planos estático y dinámico, con modificaciones que hemos introducido en el curso del Seminario de Investigación.
Análisis estático del fenómeno conflicto
El análisis estático del fenómeno conflicto permite bucear profundamente en los sujetos actores y terceros del conflicto, integrando no solo sus elementos intrínsecos, sino también la conciencia frente al conflicto, las metas que persiguen y los recursos de poder que utilizan para conseguirlos.
La estática originaria se completaba con la reconstrucción del plano de la pureza del conflicto, plano que hoy juzgamos irrelevante en las investigaciones que llevamos a cabo en el Seminario Permanente sobre teoría del conflicto que, desde el mes de septiembre de 2009 tiene lugar en el Instituto Gioja de la Universidad de Buenos Aires, bajo mi coordinación.
Dentro de los planos de la estática, la teoría se ocupa también de la Teoría de las Coaliciones en las Tríadas, basada en la obra de Caplow, que agrega la posibilidad de pensar estrategias derivadas del manejo de las alianzas.
Análisis dinámico del fenómeno conflicto
En cuanto a los planos dinámicos de análisis del fenómeno conflicto, la teoría ahonda en los fenómenos de interacción conflictual, transitando por la intensidad de la conducta de los actores y sus movimientos de escalada y desescalada, por las variables de esa interacción con sus aspectos de conciencia intelectual, volitiva y emocional y por las dimensiones del conflicto, con sus aspectos actoral y objetal.
Claves de la teoría del conflicto
En definitiva, las claves de la teoría pueden exponerse de la siguiente manera:
- El conflicto es un fenómeno social; se abandona así el concepto de conflicto como patología social.
- El conflicto es siempre dinámico. La estática se utiliza solo como recurso para mostrar sus partes constitutivas.
- Se denomina actores a todos aquellos implicados en el campo conflictivo. Si bien la teoría, en su planteo original no aporta criterios para la identificación de los actores, las modificaciones introducidas por mi parte y aceptadas por el Seminario Permanente de Investigación que coordino en el Instituto Gioja de la Universidad de Buenos Aires introdujo, adoptando mi propuesta, la denominación de sujetos a todos aquellos implicados en el campo conflictivo, que está conformado por los Bandos, que, son, a su vez, la expresión de la bipolaridad que es esencia de la relación social de conflicto. Estos bandos están integrados por los actores, que son los sujetos que originariamente conforman la incompatibilidad de metas en que el conflicto consiste, es decir, los fundantes de la relación, y por los terceros, que son quienes se suman a los actores en cada Bando por la vía de las coaliciones o alianzas. Son actores quienes persigan una meta a obtener y dispongan de los recursos de poder aptas para perseguir esas metas.
- Debe diferenciarse entre Percepción y Conciencia del conflicto por parte de los actores: la percepción es el contenido con que acceden a nuestro intelecto, todos aquellos datos de la realidad externa; la conciencia, por su parte, menciona el producto de un acto intelectual en el que un actor admite encontrarse con respecto a otro actor en una relación en que ambos tienen o creen tener objetivos incompatibles.
- La falta de conciencia por parte de alguno o de todos los actores dificulta la gestión del conflicto, lo que equivale a decir que la conciencia es un elemento necesario para que el conflicto sea operable.
- Los actores persiguen la obtención de metas u objetivos a través de la utilización de recursos de poder. En el Seminario hemos denominado a este plano con el término metas, sacándole el término objetivos para evitar confusiones con otros aspectos de la teoría.
- Para que el recurso implique poder es necesario que el actor tenga la propiedad del recurso y, además, que esté dispuesto a utilizarlo. La utilización del recurso es un cálculo de costo – beneficio.
- No existen poderes absolutos. El cálculo del poder siempre se refiere a la cantidad de recursos de un actor con relación al otro actor en conflicto.
- La utilización del recurso se traduce en conductas y es una decisión de la esfera intelectual de la conciencia de los actores.
- A la dinámica del conflicto se ingresa a través del poder y la intensidad depende de la magnitud de la conducta conflictiva puesta por cada actor al servicio de la obtención de sus metas.
- Los conflictos tienden naturalmente a la escalada si no se regulan. Rige la ley de comportamiento empírico del conflicto que establece que, a determinada magnitud de conducta conflictiva por parte de un actor, el otro actor debe responder con igual o mayor cantidad de conducta conflictiva.
- Las variables se balancean entre sí: “la realización de actos positivos o negativos actúa como un directo inductor en el aumento o disminución de los niveles de amistad y hostilidad. Y a su vez facilitan –los positivos- o dificultan –los negativos- el alcance de las metas del otro actor”, de acuerdo a Entelman, R. F. en Teoría de Conflictos.
- Las dos formas de desescalada de un conflicto son: a) Por la regulación de un tercero (que evita el cumplimiento de la ley empírica) o b) el intercambio de actos positivos.
- En la dimensión actoral rige el cálculo de afectio, cuya determinación presenta habituales dificultades; en la objetal el costo-beneficio.
- Los terceros constituyen un capítulo aparte aunque están tratados como una parte de la estática. La teoría de las coaliciones en las tríadas es un campo del que la teoría de conflictos toma solo una parte como tributaria para explicar cómo implotan los terceros en una relación caracterizada por la doctrina como bipolar.
Más en Conflictología
Lecturas recomendadas:
CALCATERRA, Rubén A. Clases números 3 a 9 en El sistema conflicto. Un nuevo paradigma para la Administración de Justicia, Grupo Editorial Ibañez, Bogotá, 2016.
CALVO SOLER, Raúl, Mapeo de conflictos, Gedisa Editorial, Barcelona, 2014. La escalada del conflicto. Una clasificación de la escalada doméstica. Revista Confluencia. Análisis, experiencias y gestión de conflictos, Grupo Editorial Ibañez, Bogotá, 2013, p. 43-81.
CAPLOW, Theodore. Dos contra uno, Teoría de las coaliciones en las tríadas, Alianza Universidad, Madrid, 1974.
ENTELMAN, Remo. F. Teoría de Conflictos. Hacia un nuevo paradigma, Gedisa Editorial, Barcelona, 2002.
ETZIONI, Amitai. La crisis de los misiles cubanos en The Kennedy Experiment, Western Political Quarterly, 20 (junio 1967), 361-380.
KRIESBERG, Louis, Sociología de los conflictos sociales, Editorial Trillas, Madrid, 1975.
MILIA, FERNANDO A., El conflicto extrajudicial, Rubinzal – Culzoni Editores, Buenos Aires, 1997.
ORTEMBERG, Osvaldo D., El conflicto y su crisis, Buenos Aires, Cathedra Jurídica, 2012.
REDORTA, Josep, Aprender a resolver conflictos, Barcelona, Paidós, 2007. Cómo analizar los conflictos. La tipología de conflictos como herramienta de mediación, Barcelona, Paidós, 2007.
SCHELLING, Thomas, La estrategia del conflicto, Editorial Tecnos, Madrid, 1964.
VISALLI, Ugo O., Aspectos psico-sociales del conflicto. Mediación escolar y maltrato entre iguales (Bulling) en Centros educativos. Universidad de Burgos, Facultad de Derecho, Burgos 2005, p. 10-59.
WEBER, Max, Economía y Sociedad, Fondo de Cultura Económica, México, 1970.